– ¿Cuánto cuesta el rabo?- preguntó una señora mientras cargaba una bolsa con verduras.
– ¡3.200 la pieza, mi amor!- respondió, desde el otro lado del mostrador, un muchacho de unos 22 o 24 años.
– ¡Tanto!- dijo la señora y por la misma salió sin decir más.
En la carnicería había de todo -confieso que me sorprendió encontrarla así-. Solomo, chuletas, molida, pollo, lagarto, costillas, morcillas, panza, chinchurrias, queso, jamón, salchichas y hasta paticas de cochino.
La gente entraba, preguntaba precios y salía; otros se quedaban mirando como tratando de decidir qué comprar y cómo rendir los reales. Yo miraba, escuchaba y hacía lo mismo que ellos.
En medio del ruido y el pasar de la gente, al local entró una señora mayor, como de unos 70 años o más. De su bolsillo sacaba unos billetes arrugados y trataba de ordenarlos con premura.
– ¡Buenos días!- saludó con una voz que transmitió ternura.
– Dígame señora- le respondió uno de los venderores
– Deme seis salchichas, por favor- replicó la doña.
El joven sacó una bolsa, metió seis salchichas y las pesó.
– Son 600- le dijo el muchacho a la abuela.
Ella miró su mano y contó los arrugados billetes. -Ay, llego a 400- dijo la señora, ahora con tono de preocupación.
El vendedor, sin mirarla, sacó tres salchichas y le alcanzó la bolsa. Fue un momento incómodo -no hubo ningún tipo de consideraciones- La señora agarró sus salchichas y sin decir más nada, pasito a pasito, se perdió del lugar.
Yo me quedé pensando y reflexionando la escena que acababa de mirar. Primero me cuestioné por no haber hecho algo, después sentí culpa y, finalmente, respiré profundo porque ya no tenía más nada que hacer.
¿Eso era lo único que tenía para comer esa señora?, ¿Acaso será un hecho aislado o será parte de la cotidianidad de los adultos mayores?
¿Qué pasó con el bono de salud y alimentación para los pensionados?, ¿Qué pasó con las promesas de campaña? Si bien es cierto que hoy día la cantidad de pensionados es infinitamente superior a la de décadas anteriores, ¿Cuán mejor viven los abuelos y abuelas?
Esta última semana -como cosa rara en Venezuela- la política se llevó los principales titulares de prensa y horas y horas en la radio y la televisión. Como cosa rara, la política volvió a dejar los otros temas en segundo plano. La inseguridad, el hambre, el desempleo, la escasez y hasta el reclamo de los abuelos quedó relegado a la curiosidad de unos pocos.
Esta semana el Gobierno y la Oposición siguieron con su agenda de defender espacios de poder y la gente siguió preguntando y reclamando acceso a los alimentos, a la salud y la seguridad.
Dime con quién te alineas y te diré cómo gobiernas
La Cumbre de Países No Alineados que se desarrolló en Margarita ha levantado todo tipo de pasiones. Los seguidores del Gobierno la defienden como un gran logro de la Revolución y la Oposición la cuestiona por considerarla un derroche.
Los tiempos han cambiado y eso nadie lo puede negar. La Unión Soviética ya no está, la Guerra Fría se calentó y el objetivo de los No Alineados también debería cambiar.
En el caso de Venezuela hay que preguntar: ¿Alineados con quién y contra qué?, En esta cumbre participan Gobiernos muy diversos, pero prende las alarmas que se reciba con honores al llamado “dictador de Zimbabwe” Robert Mugabe.
La verdad es que no se si se podía evitar su asistencia, pero eso deja mucho que desear. ¿Con quién estamos alineados?
Ojalá pudieramos relatar que estamos alineados con la seguridad social, la paz, el desarrollo, la tecnología o la educación; pero según las cifras, pareciera más bien que estamos aliñados con los antónimos de estas categorías.
Organizaciones Sociales denunciaron que para la cumbre se gastó una cifra cercana a los 150 millones de dólares. ¿Para qué otra cosa se pudo usar ese dinero?
La Universidad Central de Venezuela calculó que con esa plata se pudo garantizar el abastecimiento óptimo del comedor por 16 años seguidos o el funcionamiento pleno de la universidad por 10 años. Esto lo dijo Hasler Iglesias, Presidente de la Federación de Centros Universitarios.
Los abuelos hubiesen dicho que con esos dólares se pudo haber pagado el tan necesario bono de salud y alimentación.
Estoy seguro que se pudieron hacer obras de mayor impacto con lo invertido en la polémica cumbre.
¿Desalineados con la salud?
En los últimos días conocimos cifras y realidades tan increíbles que parecen historias sacadas de otro siglo. Organizaciones y observatorios de salud alertan que el año pudiera terminar con 250 mil casos de malaria. ¿En serio?
Por otro lado, una persona -a quien le voy a ahorrar un mal rato con el Sebin- confirmó que en un hospital del oriente venezolano hay 14 casos de lepra. Sí, la misma enfermedad que, según la Biblia, curaba Jesús de Nazaret antes de que se comenzaran a contar los días de la humanidad.
La verdad es que me cuesta creer que la malaria sea todavía un problema y que, hasta en Mérida, haya un caso registrado; y más incrédulo estoy al saber que no hemos superado la enfermedad que causaba desplazamientos y muertes hace más de 2 mil años.
Esta semana la cerramos escuchando a Yordano “…todavía me asombra un rayo de sol…, algo bueno tiene que pasar, algo bueno tiene que llegar…”
Pd: ¿Estatua de Chávez? Aunque usted no lo crea estamos a este nivel.
Héctor Ignacio Escandell Marcano
Crónica y Posdata 
Buena la crónica, pero creo que hay que ser más radical, no puede ser que hayan personas buscando comida en la basura, o que en el metro hayan tantas personas pidiendo, en forma diferente, porque están enfermos, que tienen que hacerse una quimioterapia o por otras razones.
Donde está el Gobierno tan rico, que no sea capaz de solventar estos problemas y se gaste nuestros dólares haciendo política proselitista y robándose los dólares que tanto se necesitan para levantar este país, tan hermoso y envidia del mundo.
He dicho. Me da vergüenza de estos dirigentes que tenemos, tanto de.un lado como del otro.
Juan
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