Como que sí, era verdad

Como que sí, era verdad

Que al final la Corte Penal Internacional diga que va a seguir investigando crímenes de lesa humanidad cometidos, presuntamente, por algunas personas que ocupan cargos en el Estado venezolano es indicativo de la probabilidad de que la mayoría de la población no esté delirando. 

En el año 2017 publiqué: “Caracas, relato de un día en la guerra”. Ese día ví como la policía lanzaba bombas a pegar, de frente, a lo malote. Ese día, que fue un primero de mayo, corrí tratando de escabullirme entre la multitud. Traté y lo logré. Ni me pegaron, ni salí herido. Y yo solo estaba trabajando. 

Ese día narré en la radio unas escenas que solo había leído o visto en televisión, conductas ajenas a mi realidad, a mi credulidad. No puede ser que esto pase en la vida real. Pero pasaba y pasó. Sí fue real el día en el que le dispararon a un chamo en la Carlota, sí, no fue un invento. Tampoco fue producto de la imaginación aquel chamito violinista que mataron en Las Mercedes, su apellido era Cañizalez. 

Tristemente, sí fue verdad que en los años 16, 17 y 18, un montón de bebés sufrieron desnutrición severa. Fue verdad que nos pusieron a pasar roncha solo por querer cambiar al gobierno con elecciones, referéndum y votos. 

Fue verdad la masacre de Cariaco y la de Barlovento. Fue verdad lo de las OLP y los policías con la cara cubierta con máscaras de calaberas. Y sí, fue verdad la muerte de Albán y la del teniente Acosta, bajo custodia policial. Y sí, al final, es verdad lo de la emergencia humanitaria compleja.
Quizás por eso, y por otras razones, la Corte Penal Internacional desestimó por unanimidad la apelación del Gobierno de Venezuela. 

¿Y ahora?, pues como lo otro sí era verdad y hay que investigar, ahora se ataca al mensajero. Que es malo, conspirador, que no castiga a Israel, que es un hipócrita por no decir nada de la masacre en Gaza. 

¡Qué pena, qué corto se quedó el alegato!
Que la Corte ahora diga que sí, que va p’adelante con la investigación, le da un respiro a la justicia, a las familias de las víctimas, a los que están en la cárceles o desaparecidos. 

Ahora, que se juzgue a los responsables es otra historia. Seguramente pasarán varios años, más de los que muchos desean.

Como que sí, era verdad.