Estaba en la cola del cajero para sacar los últimos 800 bolos que me quedaban. La cola era larga y yo cazaba historias.
En la salita del Banesco de La Baralt todos se miran desconfiando hasta de la sombra. Hay tres máquinas que aflojan billete, pero solo funcionan dos.
En la cola se mezclan los que retiran y depositan. Un motorizado sacó unas ocho pacas de 100 y eso es sinónimo de una larga espera.
Delante de mi habían siete personas. Yo calculé unos ocho o 10 minutos por cada usuario.
En la dulce espera se escucharon historias de universitarias, de los Clap y hasta de la «roba maridos esa», murmuró una morena con licras rojas que estaba en la fila de al lado.
La paciencia se pone a prueba sin duda alguna. «Ayer fueron esas ratas del Clap y como saben que yo amo a Leopoldo no me dejaron comprar, esos mald…» dijo una chama que estaba acompaňada por dos amigas. Supongo.
La puerta del banco se abría una y otra vez al tiempo que todos volteábamos para saber quién llegaba o se iba.
En una de esas entró una joven como de 30 aňos junto a un nene que tendría unos 5 aňos cuando mucho.
La paciencia no es precisamente el fuerte de los niňos.
El pequeñín comenzó a brincar, a cantar, a buscar conversa y por supuesto se convirtió en el centro de atención. Mientras tanto los caraqueňos de La Baralt seguían en su faena de retirar y depositar.
A los pocos minutos, el peque preguntó a su mamá: ¿Ese banco no da rial?, refiriéndose al cajero vacío.
«No sirve», le respondió la madre.
Palabras mágicas para que el niňo preguntara -mientras se lanzaba a tocar los botones- «¿Por qué?»
«Porque no», dijo la seňora y le lanzó una advertencia. «Deja de tocar eso que va a venir la policía».
El niňo se volteó, miro a la mamá y sin intimidarse le respondió lo que yo menos me esperaba.
«¿La policía?, la policía está bachaquiando ma.»
Toda la sala soltó la carcajada, la mamá se puso roja como un tomate y el chamín siguió presionando los botones de consulta, retiro, deposito y todo lo que alumbraba en el maltratado cajero de Banesco.
¿En esto se convirtió la policía?, ¿Está es la reacción que genera en un niño la advertencia policial?
En mi época me decían eso y yo me quedaba tres horas sin moverme.
También dicen por ahí que no hay verdad mas absoluta que la de los borrachos y los niňos.
Esta semana me movió este chamito, su respuesta fue un detonante para reflexionar. Aunque solté la carcajada en el momento, me pregunto si ese panita tiene razón.
Después de esta historia es poco lo que puedo seguir contando, sin embargo, en este país siguen lanzando ideas de bomberos como decía mi abuela.
Se viene el coco. El primero de septiembre sin duda prendió las alarmas del Gobierno; deportaron a una diputada ecuatoriana, convocaron «La Toma de Venezuela» y hasta anuncian la prohibición de vuelos no tripulados.
¡Peligro, drones a la vista! Gritaría el general pimentón desde la trinchera.
¡Radares activados! Respondería el general caraota desde la base.
Pd: Si los niňos siempre dicen la verdad, estamos más jodidos de lo que pensaba. Pero no se preocupen, ahora tenemos un general por cada alimento de la pirámide.
Héctor Ignacio Escandell Marcano.
Crónica y Posdata 
It is perfect time to make some plans for the future and it is time to be happy.
I have read this post and if I could I want to suggest you some interesting things or suggestions.
Maybe you could write next articles referring to this article.
I want to read even more things about it! http://Bing.org/
Me gustaMe gusta